La dinámica que vivimos es tal, que solo basta comparar como era nuestra urbana cotidianidad hace una década y notar los significativos cambios que han sucedido.
Por ejemplo, hemos presenciado cómo los objetos que usamos han mutado y evolucionado a tal punto, que algunos están en vía de extinción (claro, alimentado también por nuestro galbanero consumismo), presento a ustedes algunos casos.
Las gruesas toallas higiénicas, las chequeras, los cinemas porno, la tiza, el VHS-Beta, el casete, los discos de acetato, el teléfono fijo, el fax, los lotes cementerio, el rollo fotográfico, el walkman, el cubo mágico de flash, le brocha de afeitar, el pisa-corbatas, el proyector de diapositivas, el beeper, el transformador, las enciclopedias, las medias veladas, el bidé, la enagua…
En lo personal me da melancolía que las cosas envejezcan más rápido que nosotros.
PD
Hace dos años compré un Ipod, descrestado por la cantidad de música que uno podía llevar consigo, pero se me dañó y advertí que la garantía era solo de un año, averiguando, el arreglo me sale más costoso que nuevo, como extraño mi walkman. Ahora entiendo el negocio de la alta tecnología (la dependencia y el monopolio).
4 comentarios:
para bién o para mal todo cambia ...la clave es que frente a esos cambios ,nuestra autenticidad y riqueza interna se mantenga incólume y menos dependiente...díficil pero no imposible...
"El amor en el pasado es solo una memoria. El amor en el futuro es solo una fantasia. Solamente aqui y ahora podemos realmente amar."
Luis.
Nada que agregar, todo lo has dicho todo.
eneida
Lo que dices es simple, pero envuelve mucha trascendencia. Acotaría, que el presente lo siento como una singularidad, en donde está lo realmente importante. Siempre bienvenida por estos rincones.
Silmariat
Se me hace que todos pertenecemos a ese club y yo era el único despistado y enajenado por demás.
Tiendo con facilidad a deslumbrarme por lo novedoso, lo cual no quiere decir que no aprecie algunas cosas extintas. Hoy existe algo que me deslumbra totalmente, y son los sistemas inalámbricos. Todavía me cuesta dificultad imaginarme cómo es posible que la información este por ahí volando en forma de ondas y uno pueda capturarla en el computador. Creo que ese sentimiento pude ser cercano al que tuvieron mis abuelos cuando llego la radio.
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