Como muchos, cuestiono la comercialización extrema de esta época, y cómo el silencio se desplaza ante la algarabía y el ruido. Pero también reconozco, que muchas de las costumbres que acompañan a la navidad, dan identidad cultural.
Vivo en una región de fuerte tradición católica (Provincia de Marques Boyacá), gentes humildes y con unas costumbres hermosas, la sencillez de la vida que se respira por acá es hermosa, me refiero, a que si bien se tiene acceso a la información sobre las tribulaciones que pasan en el país y el planeta, a veces, se obnubilan por la cotidianidad campesina.
Quiero describirle superficialmente, el panorama que se vive por acá durante estas fiestas.
El pueblo se prepara para la llegada de turistas, llegan los dueños de las haciendas que en gran parte del año permanecen desocupadas, retornan los que viven fuera y la tranquilidad se agita.
- Ya no hay espacio para los caballos, pues el pueblo se llena de carros que alardean con sus parlantes músicas fuera de contexto.
- Las pequeñas tabernas se alquilan y el ambiente cambia, solo las tiendas de los más viejitos, conservan el toque campesino.
- Como solo hay un hotel, muchas casas se acondicionan para servir de posadas.
- Tanto turista trae también, drogas, prostitución y amigos de lo ajeno.
La comida cambia también, los grandes agasajos, platos típicos, especies, carnes, colores…, todo ello se alista, para que se haga especial este tiempo, por ende, la plaza de mercado incrementa su actividad, desde las tres de la mañana se ven más pavos, gallinas, toros, corderos, cerdos… Los lugareños (entre de los que me cuento), alistan quesos, huevos, y otros productos que signifique una entrada adicional de dinero.
Otra costumbre es estrenar ropa, como mi pueblito queda a tres horas de Bogotá, la mayoría de estas compras se hacen allá, y la ciudad cambia también, los madrugones en San Victorino (San Victorino es un nudo comercial popular en la ciudad queda en el centro, se estima que desde las dos hasta las seis de la mañana se mueven en este solo punto algo más de 300.000 personas), los mares de gente en los San Andresitos (San Andresito es un conjunto de almacenes donde antes se vendía contrabando, pero dado a los controles y la apertura, se convergen ahora en este sitio mercancía para todos los estratos), las ciclovías nocturnas, los conciertos gratis, las promociones…
El aguinaldo Boyacense, es una tradición donde con carrozas se escenifica escenas de la natividad de Jesús con costumbres campesinas…
A la par el pobre sacerdote desde su pulpito convoca, critica, reniega… de cómo cambia el pueblo y la falta de respeto de algunos por estas fiestas, el alcalde por su parte anda exacerbado porque el “plan municipal navideño” anda en ascuas, control a vendedores ambulantes, control de licor adulterado, control de peleas, control del transito (o mejor del mal estacionamiento) control con los borrachitos para que no orinen donde se les antoje, control de basuras, control de impuestos, jornadas con los niños del hospital, con los niños de familias de escasos recursos…
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Yo me preparo para esto y más; viene una jornada con mi familia para hacer vigilancia (por aquello de los ladrones); la recolección de la cosecha de durazno; una brigada de aseo (brillar ollas, lavar : tapetes, cobijas, cortinas, paredes y techos); como algunos primos son priostes de la virgen patrona del pueblo, los estoy ayudando en algunas cosas; me toca cobrar a los que me adeudan y pagar mis deudas…
Debo decir que, así como se gasta, también se trabaja por esta época
Hagamos posible que los niños sean los verdaderos protagonistas de estas fiestas y que en su imaginario queden momentos entrañables.
FELIZ NAVIDAD.
Fotos bajadas de / http://www.portafolio.com.co / http://www.eltiempo.com/bogota / http://www.corpochivor.gov.co