Emborracharse, erotizar, bailar, gritar, reír, bufonear, gozar, abrazar, despeinarse, disfrazarse, mojarse, brincar, cantar, besar, fotografiar, dramatizar, tocarse…
Comparsas, máscaras, sexo, desfiles, carrozas, color, piel, banquetes, fiestas, niños, tambores, Afro-latinos y turistas.
Río de Janeiro, Barranquilla, Caracas, Oruro, Salvador, Trinidad, Nueva Orleáns.
Un mensaje especialmente fraterno a este último, al carnaval Mardi Gras, que esta vez le corresponde como a todo carnaval, permitir a sus gentes deleitarse o participar como pares sin prejuicio y principalmente, burlarse de las pesadumbres, los defectos, la destrucción, la muerte, los temores y las desgracias, para que a partir de una expresión popular, instintiva y hasta recalcitrante, haga de lo serio y lo cómico, lo legal y lo inconveniente, la persona y el disfraz, la sátira y la queja, una misma cosa y asimilar así laa tragedias que se viven.
“QUIEN LO VIVE ES QUIEN LO GOZA”
El carnaval, es una fiesta popular que precede al Miércoles de Ceniza inicio de la Cuaresma, se celebra en los países de tradición cristiana. Procede de la expresión latina carnem levare, ‘quitar la carne’, aludiendo a la prohibición de comer carne durante los días cuaresmales. Posiblemente su origen son las fiestas paganas, como las del buey Apis e Isis en Egipto, las fiestas dionisíacas griegas y las bacanales, lupercales y saturnales romanas o las fiestas celtas del muérdago. Renacieron durante la edad media, al tiempo que se afirmaba la dureza del ayuno y la abstinencia sexual.
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